Acompañar a Hasan en sus viajes es viajar con él. Recorrer países en caravanas y ser testigo directo del paso del siglo XV al XVI en los escenarios donde transcurrió la historia. Lugares exóticos a veces, de cuento en otras ocasiones. Lugares donde quienes se disputaban el poder movían sus hilos pero también laberintos en cuyas calles respira la auténtica historia, la de las personas que alientan las ciudades para convertirlas en algo vivo.
Granada, Fez, Tombuctú, El Cairo, Constantinopla, Roma, Túnez... son algunos de sus destinos, todos y cada uno de ellos vividos desde sus entrañas, respirados con sus gentes y haciéndose parte de sus entresijos.
León el africano es a la vez una novela histórica y una gran epopeya. A sus personajes a veces se les quiere y a veces se les aborrece, a partes casi iguales. Con León podemos vivir el éxodo de quienes tuvieron que dejar Granada, el último bastión de Al Ándalus y cómo fue su nueva vida allende los mares. Pero vivimos el realato desde la voz que menos acostumbramos a escuchar, la de aquellos que se fueron, la de aquellos que, en muchos casos, se convirtieron en nómadas. Es el caso del protagonista. Granada quedó atrás pero también otras muchas tierras que nos deja conocer con él. Los viajes de Hasan (o León) son los viajes que quizás muchos anhelan hoy. Viajes que escapan de lo turístico, que van al corazón de cada nuevo sitio, para conocer a quienes lo pueblan y escribir parte de la propia historia con ellos. Con él podemos ser comerciantes, amantes, padres, hijos, compatriotas, aliados, esclavos... Cada ciudad es un relato y cada uno de ellos, parte del puzzle que es la propia historia.
Si te apasiona viajar, si te apasiona nuestro mundo y lo que quienes lo habitan tienen que contar, este es tu libro, o al menos, uno de ellos. No pierdas la oportunidad de ser testigo de esta crónica que Amin Maalouf sabe narrar con su voz personal y la osadía de los grandes narradores.